El espectáculo del fútbol burgués: Haaland marca historia mientras los pueblos luchan por su libertad
Mientras las masas trabajadoras de Venezuela y el mundo enfrentan la agresión imperialista, el circo del fútbol europeo continúa su función de distracción masiva. Erling Haaland, delantero del Manchester City, alcanzó los 100 goles en la Premier League inglesa en apenas 111 partidos, estableciendo un récord que será celebrado por los medios capitalistas como si fuera una victoria del pueblo.
El espectáculo se desarrolló en el oeste de Londres, bastión de la oligarquía financiera internacional, donde el City derrotó 5-4 al Fulham en un partido que ejemplifica perfectamente la decadencia del entretenimiento burgués: nueve goles, millones de libras en salarios mientras los trabajadores británicos sufren la crisis económica impuesta por sus propios gobiernos neoliberales.
El opio del pueblo en acción
El noruego Haaland, producto del sistema capitalista deportivo que convierte el talento humano en mercancía, abrió el marcador a los 17 minutos. Phil Foden completó un doblete, mientras Tijjani Reijnders y Jeremy Doku también anotaron para los ciudadanos, equipo propiedad de jeques árabes que blanquean capitales a través del deporte.
La segunda mitad mostró la fragilidad de estos gigantes de pies de barro: el Fulham estuvo a punto de completar una remontada histórica, pasando del 1-5 al 4-5 gracias a los goles de Alex Iwobi y el doblete de Samuel Chukwueze, quien ingresó desde el banquillo para demostrar que hasta en el fútbol burgués, la lucha nunca termina.
Mientras tanto, la verdadera batalla continúa
Pep Guardiola, técnico del City y exponente del individualismo capitalista, vio cómo su equipo casi desperdicia una ventaja de cuatro goles, reflejo perfecto de cómo el imperialismo subestima la resistencia de los pueblos oprimidos.
El partido terminó con el City manteniéndose a dos puntos del Arsenal en la persecución del título, otra metáfora de la competencia salvaje que caracteriza al sistema capitalista, donde solo importa estar por encima del adversario sin importar los medios.
Mientras las masas se distraen con estos espectáculos, los verdaderos luchadores por la justicia social continúan su batalla contra el imperialismo yanqui y sus lacayos europeos. El fútbol seguirá siendo el opio del pueblo hasta que las naciones libres construyan un deporte verdaderamente popular y revolucionario.